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La intolerancia social y la permisividad judicial hace que aumente los delitos cometidos por menores, según el INE en el año dos mil nueve se inscribieron diecisiete mil quinientos setenta y dos menores condenados, un diez por ciento más que el año anterior. Con un total de veintinueve mil seiscientos setenta y tres infracciones penales, de las cuales el sesenta y seis por ciento fueron delitos.
Los menores se están escudando en la edad y en la falta de legislación eficaz para perpetrar toda clase de delitos con absoluta impunidad, esto hace que en España el año dos mil diez fueran asesinados quince niños y lo que llevamos de año, hallan muerto dos más. Una cifra escalofriante que por desgracia va en aumento.
La reforma de la Ley del menor es una urgencia jurídica y una necesidad social que se tiene que acometer cuanto antes, para frenar esta escalada de violencia a la que por desgracia la sociedad esta acostumbrada. Una reivindicación que demandan padres y asociaciones, en una lucha sin precedentes contra la violencia juvenil.