Intentar evitar la inevitable conduce a equivocarse, tomando las alternativas erróneas en una selección de decisiones precipitadas, sin tener en consecuencia otras formas de proceder.
La imposibilidad de ver nuevas oportunidades, obstaculiza la búsqueda y delimita las opciones que fructifiquen en correctas resoluciones, fraguando en pensamientos contrarios que no permiten ver el verdadero destino al que se pertenece.