La naturaleza es algo concreto que es identificada por una idea abstracta, lejana a nuestras circunstancias y fuera de su radio de acción, esto nos crea una falsa ilusión. Nos eleva moralmente por encima de la biodiversidad, careciendo de valores naturales.
El aumento de catástrofes medioambientales, muestra la despreocupación de las empresas por el medio ambiente y la carencia de valor económico de la diversidad biológica, un activo en alza que no se le reconoce su potencial.
Al perder el respeto al medio ambiente, la vergüenza a las críticas sociales y el miedo a represiones legales, hace de la desidia un peligro constante que se materializa en ataques no intencionados pero evitables contra el medioambiente.
Tenemos que aprender a crear actividades que no dependan de los productos químicos, perjudiciales para quien los manipula y el entorno donde se producen, siendo más perjudiciales que beneficiosos.