Cuando vemos una película el actor o actriz son extremadamente guapos y perfectos, pero después “AARG “resulta que tienen defectos como el resto de la gente, entonces nos damos cuenta de que somos afortunados por ser normales.
Vemos nuestros famosos preferidos y nos damos cuenta de que cuanto más normales son, más nos gusta su trabajo. Ellos se dan cuenta e intentan ser normales, pero no pueden y entran en una dinámica destructiva para llamar la atención e intentar acaparar los medios de comunicación, porque lo necesitan es la droga de todos los famosos.
Ahora no se llevan las revistas con retoques fotográficos porque entonces no son normales y no pueden ser como sus admiradores, que intentan ser como ellos. Tienen que ser cercanos y accesibles, porque necesitan transmitir que pueden ser iguales, que el sueño americano es posible. Pero que sólo unos pocos son los elegidos.
La belleza permanece siempre que uno es joven, pero como todo en la vida es efímero y la luz de las estrellas se desvanece bajo la luz de los focos.