La nieve cae de forma pausada cubriéndolo todo a su paso, interrumpiendo la vida de la ciudad y ralentizando el ajetreo de la urbe, la cual se encuentra paralizada por el frío invierno que hace su aparición de golpe pillando a las personas por sorpresa.
Los camiones no pueden suministrar mercancía a las grandes superficies las cuales se encuentran apenas sin existencias, mientras la gente compra compulsivamente por miedo a quedarse sin víveres, la vida queda alterada por el temporal.
Chicos jóvenes se encuentran haciendo bolas de nieve para después lanzarlas a los pocos coches que circulan o la gente que pasa a su lado, riéndose groseramente y retratándose haciendo la fechoría, mostrando así su hombría. Por contrapartida un grupo de niños se dedican hacer muñecos de nieve en parques y plazas, jugando con sus padres que disfrutan como adolescentes y hacen tonterías para agradar a sus hijos, los cuales gritan y ríen contentos de no tener colegio.
La nieve agrada a pequeños y adultos, pero también dificultan la vida de personas mayores las cuales hacen filigranas con el fin de no caerse, teniendo que salir hacer sus compras diarias con frío.
El marco del temporal muestra el lienzo invernal que pinta la ciudad y protagoniza sus ciudadanos que con vidas variopintas, dan un toque de color a este gran cuadro blanco del invierno.