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lunes, 7 de diciembre de 2009

Human beings by nature murderer

El entendimiento y la razón le hacen, sin embargo, reprimir esos impulsos. Se podría hablar de un concepto de bestia domada. Según este modo de ver, el bien es consecuencia de la cultura, mientras que el mal se debe a oscuros impulsos contra los cuales el hombre nada puede.

La confianza en el prójimo no conocido debe establecerse en el curso del desarrollo psíquico, y eso sólo puede suceder si previamente se han consolidado los vínculos familiares. Sólo así podemos adquirir la responsabilidad social indispensable para la convivencia pacífica y seguramente también para la continuidad de nuestra existencia como especie.

La tesis de que el ser humano es una animal asesino no se puede tomar en serio. Las investigaciones realizadas más bien muestra que somos de naturaleza amistosa.

Las personas tendemos a alimentar nuestros instintos primarios, a dar rienda suelta a nuestra naturaleza, pero en realidad es que somos animales sociales y el individuo es importante siempre que este contextualizado en un grupo. La razón es nuestra mayor cualidad, que hay que alimentar para apaciguar nuestros instintos, para cultivar nuestro espíritu y desarrollar nuestra mente.