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martes, 14 de julio de 2009

El bastón, más que un complemento

El “Estado soy yo”, dijo Luis XIV, y para hacer hincapié en ello no permitía que nadie llevará el bastón en su presencia.

Los bastones estratégicos han sido utilizados a lo largo del tiempo de forma extraña y poco habitual. Ya en el siglo XVIII algunas modelos estaban huecos y podían contener objetos diversos como cubiertos, juego de agujas, pequeños instrumentos científicos, pero que no cambia ni modifica de ninguna manera la función esencial del bastón.

La alta sociedad denota en Italia y en general en el mundo, el renovado resurgir económico después de la segunda guerra mundial, la posibilidad económica de pasar largas vacaciones en el mar.

Más recientemente se han hecho muy famosos los bronceados “invernales”, como resultado de unas vacaciones en la nieve.

En general, por lo tanto, todo bronceado se considera símbolo de bienestar económico (incluso porque a menudo es artificial y se obtiene mediante la utilización de lámparas) y de bienestar físico.

En el siglo XIX en cambio no es así, y el parasol – muy a menudo escondido también en un bastón – es un elemento indispensable.