Como lo llevamos en el bolsillo y nos acompaña a todos partes, no somos conscientes de que el teléfono móvil, en el fondo, puede representar un riesgo para nuestra seguridad o, al menos para nuestra intimidad.
Nunca copies los números de tus claves telefónicas en el cuerpo del teléfono, en el revés de la tapa o en la etiqueta de la batería.
Los números de teléfono grabados en tú tarjeta SIM bien protegidos.
Poner una clave de cuatro o de ocho dígitos. Será algo más laborioso volver activar el teléfono, pero si te lo roban o pierdes encendido, nadie podrá acceder a tus datos y, sobre todo, nadie podrá llamar.
Frecuentemente, la única manera de detectar si un dispositivo móvil está infectado por un código malicioso es comprobar si éste establece comunicaciones telefónicas estomáticamente o de SMS con los contactos de la agenda.
La conducta más segura, consiste en no utilizar Bluetooth para nada, pero si lo necesitas porque prefieres con manos libres inalámbrico, tendrás que activar bluetooh pero dejarlo en el uso oculto para que nadie te encuentre. Porque si se va de forma indiscriminada también abre la puerta a cualquiera para que entre en tú teléfono y destruya la información que guardas, o que la copie.