Las grandes multinacionales creadoras de software adquieren pequeñas empresas para eliminar competidores, adquiriendo ideas y productos para sus negocios que después sustituirán por creaciones propias, centradas en la tecnología recientemente adquirida.
Recientemente Facebook compró WhatsApp y creo Messenger, app que utiliza los contactos de la red social para comunicarse de forma privada, alentando a sus usuarios a utilizarla al estar todavía en base de pruebas y en continua evolución.
Con esta maniobra la compañía elimina competidores y se posiciona en el negocio de telefonía móvil, reforzando así su hegemonía como líder mundial en la interacción humana por medio de las nuevas tecnologías, apropiándose de sus competidores adquiere nuevos conocimientos e impulsa el negocio con ideas frescas que le ayudan a tener más usuarios.