Lugo es una ciudad entorno a la muralla que describe un perímetro concéntrico a la vida de sus habitantes, orgullosos de su patrimonio que ensalza la majestuosidad del pasado por encima de las nuevas construcciones, rodeando el casco antiguo como si fuera una alianza que une las generaciones de sus ciudadanos.
La calma diaria ofrece al visitante una vista sosegada del casco urbano que yace a los pies de la historia y otorga de otra visión de la propia existencia, dota de servicios y ofrece delicias culinarias, características de una zona de gran tradición gastronómica; ofrecida en otro tiempo a la alta clase aristocrática a precios populares.
La gente de amables modales ofrece a los extranjeros información con su acento característico y particular forma de expresarse, valor social que hace grande la singularidad de su ciudadanía, inmutable a pesar de la globalización.