La peonza es uno de esos trebejos que siempre regresa para convertir la calle en el patio de juegos que siempre fue, relegando a segundo plano por los menos durante unos instantes la tecnología digital, proporciona al niño de libertad para expansionarse de las obligaciones diarias.
Obligaciones que pasan por los estudios, actividades deportivas y extraescolares que restan espacio al juego, hacen que los más pequeños entren antes de tiempo en la dinámica de trabajo de los adultos, exigiéndoles una vida de sacrificio que les priva del tan preciado y necesario tiempo de ocio.