Las ciudades esconden en el corazón de sus estructuras lugares inaccesibles para la vista que precisan de la búsqueda interior de las calles para desvelar los secretos que pasan desapercibidos en la descripción general de las cosas, cultura de estética diferente que subyace de la personalidad de sus habitantes se fusiona con el entorno, formando parte de la composición arquitectónica.
Belleza que radica en la visión romántica de las cosas que hacen que se disfrute con parsimonia de la temporalidad del momento mientras se acepta el conjunto para después discernir los pequeños detalles, dejándose llevar por lugares llenos de encanto que son infrecuentados por los turistas e ignorados por los ciudadanos, dibuja las líneas interiores de la organización de la ciudad.
Muestra con humildad hermosas escenas producidas por la incidencia de los elementos naturales sobre las superficies que hacen sobresalir las imágenes con fuerza y armonía visual conjugados por los distintos factores ambientales, desvela aspectos que dependen de las condiciones cambiantes a lo largo del tiempo producidas en cada momento que son únicas e irrepetibles, aunque a veces las condiciones sean similares.