Han pasado nueve meses desde el fatídico once de Mayo cuando la ciudad sumida en el caos y la tragedia vivía un día negro para su historia, mientras el resto del país incrédulo respondía a la llamada de socorro de sus habitantes que después de los meses se fue diluyendo en el olvido al igual que las promesas electoralistas, mientras tanto la reconstrucción estética de la ciudad toma su curso.
Se han producido iniciativas públicas y particulares para ayudar a los afectados del terremoto de Lorca, medidas insuficientes para paliar la situación dramática que viven sus ciudadanos, inmersos en una catástrofe que lejos de recuperar la normalidad se intensifica con dramas particulares.
Historias que expresan con impotencia la falta de ayuda por parte del gobierno y la situación de indefensión que sufren contra los abusos en los precios de los alquileres, mirando al futuro con resignación mientras mal viven sin que la situación mejore, esperando con incredulidad la asistencia prometida.