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lunes, 14 de noviembre de 2011

El letargo intelectual aporta insustancialidad a la vida

no pensar
Pensar es un ejercicio en la actualidad difícil al estar inmersos en la realidad que esta puesta ante nuestros ojos para ocultar la verdad, sólo cuando las circunstancias golpean cruelmente es cuando se empieza a despertar del aletargo al reflexionar sobre planteamientos que antes habían pasado desapercibidos, no reparando en ellos acostumbrados a darlo todo por sentado y a que nos lo den todo hecho. 

La comodidad hace holgazana la mente y vaga la actitud haciendo que se caiga en la tendencia de simplificar las tareas para esforzarse lo menos posible, incurriendo en la desidia que rige la caótica conducta al carecer de orden, costumbre que hace incidir en la rutina existencial relajando el intelecto con reflexiones mundanas que no aportan sustancialidad a la vida.

La falta de sustancialidad incrementa la pesadumbre que distiende las ganas de cultivar la mente, sumergiendo al individuo en una tendencia generalizada que convierte a las distracciones en la ocupación del tiempo de ocio, período menor en la época laboral pero ocupación extendida en periodos de inactividad que aletarga la mente al carecer de función.