Es posible crecer y seguir con la construcción de viviendas pensando en las personas más que en los beneficios ofreciendo un modelo sostenible que no centre la actividad en la especulación, aseguraría miles de puestos de trabajo que frenaría el crecimiento del paro, regulado por leyes.
Las hipotecas son imposibles de pagar y los precios de las construcciones son desorbitados, condiciones que frenan al comprador, al destinar la mayor parte de los ingresos a pagar las deudas que originan la adquisición de la vivienda. Prestamos blindados con diferenciales y suelo que impide que los consumidores disfruten de las bajadas de tipos de interés, careciendo de beneficios, contraen una deuda de por vida con la entidad bancaria.
Existe una solución factible que dará ganancias a bancos y constructores aportando la garantía al comprador de que podrá pagar la compra, el tipo de interés fijo, permitirá tener siempre la misma cuota sin estar pendiente de las subidas y bajadas de los tipos de interés. Con este método el margen de ganancias sería coherente y se pagaría con razón al valor de la vivienda, no al valor especulativo, ajustándose con la realidad, al no existir diferencia entre el valor del mercado y el real en caso de impago podrá saldar la deuda con la entrega de la vivienda.