El pueblo irritado ante la necedad política obstinada en atacar el impasse financiero inyectando dinero en el sistema, sin detener el problema de fondo que propicia las injusticias en un modelo social decadente, lleno de errores que no sacian la voracidad de los inversores. Ávidos de ganancias, alimentan un circulo vicioso que impide la solución.
La actual situación requiere un giro en la política que ponga el parqué bursátil al servicio de la ciudadanía y el estado, no al revés como sucede en la actualidad, regulando la actividad económica con márgenes que garanticen la estabilidad financiera y sistemas de control que impidan actuaciones de especulación.
Especulación excesiva que ataca al estado del bienestar, la estabilidad mundial y vampiriza a los países, tragedia que desangra a la ciudadanía con impunidad de los gobiernos que alientan la debacle financiera e ignoran la petición de la sociedad. Es momento de dar una respuesta mundial aún problema global.