La usura surge en los periodos económicos más desfavorecidos en respuesta a la demanda social de liquidez en un momento determinado de insolvencia, donde las posesiones se convierten en efectivo, ayudando a sobrellevar una crisis coyuntural.
Ante la devaluación de la moneda por cualquier circunstancia el oro es el único activo que posee valor, al ser un valor seguro los inversores aumentan el precio al elevar la demanda ante las fluctuaciones bursátiles, convirtiéndose en un negocio seguro que puede llegar a dar grandes beneficios económicos.
La venta y compra de metales preciosos siempre han existido aunque cuando más proliferan es en épocas difíciles al ser un producto que siempre tiene salida, una practica especulativa que se beneficia de la desafortunada situación financiera de otros que necesitan ingresos con urgencia, disminuyendo su actividad en periodos de bonanza.