Queremos creer que la muerte es el transito que continua después de la vida que se desvanece de este mundo como una sombra para renacer como una luz en el más allá, una visión ilusoria que hace más fácil la despedida aunque no más sencilla que plantea cuestiones sin respuesta, infundiendo temor a lo desconocido en los últimos momentos.
Momentos impredecibles que llegan sin ser invitados no permiten despedirse perdiendo en la infinidad del tiempo todas las cosas que se tendrían que haber dicho y jamás se pronunciaron, dejando en este mundo la insustancialidad de lo material y perdiendo de forma irrecuperable lo más importante, la esencia inmaterial de la persona.
Esencia que impregna los escritos expuestos en la red por obras personales de incalculable valor humano que se legan de forma altruista, enriqueciendo el mundo con una visión única de la realidad, que dibuja la particularidad irrepetible con palabras. Legado impreso que conforma la huella digital de la personalidad.