Existen días que comienzan con cúmulos de despropósitos que auguran la sucesión de acontecimientos infortunados que propician toda serie de situaciones que harán que se arruine, socavando la moral con pensamientos negativos, convirtiéndose en un imán para desafortunados sucesos.
La actitud negativa se apodera del optimismo irradiada por los malos pensamientos que alejan la posibilidad de encarar con positivismo las condiciones adversas, que se han producido fortuitamente, ajenas a la voluntad.
Las influencias externas interfieren en el estado de ánimo pero no condicionan la actitud, clave para superar los contratiempos y condicionante para adquirir un pensamiento optimista, que permita romper la cadena de aciagas circunstancias.