Navegar por la red deja un rastro que utilizan las diferentes aplicaciones online para seguir la actividad y configurar los criterios a las costumbres de los usuarios, recavando información que después pueden compartir con terceros, sin autorización. Al carecer del control de los datos que se quieren compartir.
La personalización de las búsquedas limita los resultados que no permiten ver nuevas opciones, volviendo la navegación monótona, al no cambiar la apariencia de las páginas. Quedando restringidas conexiones y servicios, que delimitan la actuación del internauta, controlado por los navegadores.
Disconnect es una extensión de código abierto valida para Google Chrome y Firefox que permite a la persona controlar la información personal en motores de búsqueda y las principales redes sociales, un elemento de seguridad más que cuenta con el aval del volumen de descarga, aunque como toda aplicación tiene errores que necesitan revisión.