La actividad diaria es un continuo ajetreo de funciones que llevan a la persona al cansancio físico y psicológico que se interrumpe durante el periodo de descanso, necesario para recuperar la vitalidad, imprescindible para la vida.
Al dormir se entra en un estado de trance y las actividades fisiológicas se postergan al estado de vigilia, sumergiendo a la mente en un estupor que fomenta el estado de ensoñación que induce al subconsciente a reorganizar la información almacenada en la memoria, evocando situaciones anímicas y sensaciones cotidianas experimentadas.
Los sueños son divagaciones de la mente que han fascinado al hombre desde la antigüedad proporcionando al arte y la literatura una fuente inagotable de inspiración, a los pensadores y científicos preguntas que necesitan respuestas y a la sociedad un tema de superchería que dio origen a la oniromancia. Que mezcla la adivinación y la simbología en un intento por interpretar los sueños, buscando las claves de la vida.