Los plug-in son pequeñas aplicaciones que aumentan las funciones del programa principal con extensiones que le sirven de herramienta al internauta para gestionar los recursos del software, facilitando la navegación web y la administración de los sistemas.
En la navegación son clave para poder ver determinados contenidos y agilizar la descarga de complementos web, siendo muy útiles si funcionan correctamente e incómodos si fallan, porque ralentizan el acceso a la información. Y obstaculizan el correcto funcionamiento de los navegadores.
Todos los navegadores tienen la opción de habilitar o no determinadas extensiones, saber cuales hacen falta agilizará la navegación por la red e impedirá muchos de los ataques informáticos, aunque otros accederán a los datos del usuario. Saber el origen de la aplicación y estar atento a las características es necesario para impedirlo.