La proliferación de casos de asesinato, abandono y descuidos en personas con discapacidades físicas o mentales, debido a una avanzada edad o una enfermedad, es una epidemia. Esto ocasiona la muerte, lesión o desaparición de personas diariamente.
La vulnerabilidad de este colectivo es elevado al ser un obstáculo para el desarrollo de las actividades diarias de los familiares, los cuales no pueden cuidar de ellos al estar sujetos a la actividad laboral y el cuidado de los hijos, labor que tienen que delegar.
La promulgación de leyes que protejan a estos colectivos no es suficiente, para frenar el abandono y la indefensión en la que se encuentran, convirtiéndose junto con la violencia de género en una lacra social que cuesta la vida a nuestros mayores.