Los anglicismos en Internet van en aumento invadiendo al resto de los idiomas, los cuales tienen que limitar su uso, para poder sobrevivir en un mundo globalizado donde la lengua puede ser el primer paso al debilitamiento cultural de una sociedad monocultural.
Donde las razas se unen y las fronteras se debilitan, en una sociedad interconectada por un soporte que hace posible confluir los pensamientos y unir las ideas creando un ente que se expande entre nosotros, con vida propia a través del ciber espacio.
Sin cuerpo pero con vida propia, su espíritu modelador se palpa en la sociedad del siglo XXI, que aparece timadamente para quedarse. Influyendo en todas las grandes decisiones y empujando a los mandatarios a cambiar sus actuaciones, condicionados por la presión social que adquiere conciencia del poder de la red, para modelar nuestro destino.