El mal uso de nuestras circunstancias y las prisas, hacen que se disponga de menos tiempo para llevar una vida equilibrada. A esto añadidos el incremento de malos hábitos en nuestra dieta, el consumo del tabaco y el alcohol, así como el sedentarismo.
Otro factor que es clave es el estrés, situaciones diarias que nos hacen tener ansiedad desde primera hora de la mañana e incrementan el frenesí que sufrimos en nuestra vida, convirtiéndola en un ajetreo incesante que afecta a nuestra conducta.
El sueño, parte fundamental de la vida, es afectado y alterado por nuestro modo de vivir. Actos que trastocan nuestras pautas de sueño, llevando unas conductas irregulares y quitándole tiempo. Costumbres que hacen que nuestro cuerpo se desajuste, costándole conciliar el sueño, necesario para tener un modo de vida saludable.
La exposición a la contaminación de las ciudades y a productos químicos nos hace enfermar. Son parte de nuestra dieta, los respiramos o manipulamos, incrementando la posibilidad de desarrollar enfermedades que acortan nuestra esperanza vida.
La clave de la longevidad es la moderación en todas nuestras conductas, la práctica de un deporte y una alimentación equilibrada, pautas necesarias para tener una vejez saludable que alarguen nuestra esperanza de vida.