Con la nube volcánica hemos aprendido lo imprescindible del transporte aéreo y de lo importante de su buen funcionamiento, así como los problemas que pueden ocasionar si falla uno de los pilares básicos, el transporte de pasajeros y mercancías.
Las grandes aerolíneas han intentado sacar vuelos de bajo coste, pero no han podido, abandonando el recorrido de corto y medio. Ahora se dedican a los largos recorridos donde son más competitivas, asociándose con otras empresas. Esto supone a los usuarios un incremento de la calidad en los servicios, en la frecuencia de los vuelos y la red de destinos que es demandado cada vez más por un mundo globalizado.
Cada vez más los pasajeros demandan más profesionalidad, por parte del personal de las aerolíneas y un mejor control sobre la venta de billetes. Así como una mayor vigilancia y cuidado con el equipaje, que cada vez más llega a los usuarios con desperfectos o simplemente no llegan.
También se tendría que tratar mejor a los pasajeros, evitando que duerman en los aeropuertos por la cancelación de los vuelos, obligando a las compañías a contratar un seguro que cubra su estancia en un hotel o transporte alternativo a todos aquellos que lo soliciten.