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sábado, 31 de octubre de 2009

La ballena el gran mamífero marino

Cuando las balleneros caían en las fauces de un cetáceo con dientes, rara vez salían ilesos. Estos peligros favorecían la proliferación de historias increíbles.

En la tradición griega, a Jonás se lo tragó cetus, un monstruo marino que podía ser una ballena, un tiburón o incluso un enorme cefalópodo. Sin embargo, de acuerdo con el nuevo testamento, pasó tres días y tres noches en el vientre de una ballena. Según Barthelmes, la interpretación generalizada de gran pez como ballena tuvo su origen en la exégesis luterana.

La relación de los esquimales con las ballenas está íntimamente ligada a Sedna, la diosa del mar y de los mamíferos marinos.

Antes, para los maoríes de Nueva Zelanda, las ballenas varadas eran un regalo del dios del mar porque proporcionaba gran cantidad de alimento y aceite. Más tarde, en el siglo XIX, la necesidad hizo que se enrolaran en los balleneros europeos. En el siglo XXI, una ballena varada era una gran tragedia.

Multitud de creencias y supersticiones alrededor de la ballena, desde siempre estos grandes cetáceos han fascinado al hombre, en la actualidad su número desciende poniendo en peligro de perder un ser legendario que adorna y engrandece nuestro folclore.