Se puede decir que el punto en común es la incorporeidad. La información es su materia prima y se construyen los mensajes sin influencia externa, permitiendo el acceso a un enrome volumen de una forma masiva.
Las nuevas tecnologías permiten que el usuario pueda elaborar mensajes, decidir la secuencia de información a seguir, establecer el ritmo, cantidad y profundidad de dicha información que se desea, y elegir el tipo de código con el quiere establecer relaciones con la información. Todo dentro de las posibilidades dadas por el programa.
No se trata de manejar información de manera más rápida y transportarla a lugares alejados, sino también que la calidad y fiabilidad de la información sean elevadas.
“La información es poder”, ha dejado de ser un principio válido, de encontrarnos al comienzo de la revolución, y no sabemos que es lo que nos depara el futuro pero si en lo que no queremos que se convierta.