La música tiene una energía positiva que ejerce un efecto terapéutico en las personas en las diferentes etapas de la vida en la salud y en la enfermedad, siendo un complemento necesario para cualquier persona durante todas las etapas de su vida cotidiana.
Escuchar la música con atención también puede tener efectos beneficiosos sobre el cuerpo. Algunas piezas musicales con las que estamos familiarizados pueden ayudarnos a recordar en caso de sufrir una apoplejía, Alzheimer o una lesión neuronal.
Las emociones fuertes y los sufrimientos pasados influyen en la vida. Deshacerse de tanta negatividad puede resultar difícil. La música nos envuelve con un halo de seguridad al fortalecer la mente y el alma.
La música relajante ejerce un efecto poderoso sobre los niveles de dolor experimentados por el cuerpo. Los estudios han mostrado que sólo hacen falta quince minutos de música para reducir casi la mitad la necesidad de sedantes y de analgésicos ante una operación.
Cantar induce una respiración relajada y uniforme, mientras que la repetición de una frase significativa con cualquier sentido de limitación y nos permite superar muchas de las dificultades de la vida diaria, como afirma el refrán popular “el que canta su mal espanta”.