Hemos de huir especialmente de afirmaciones lapidarias y sin matices del estilo "el mejor blanco es un tinto" o "los rosados son los vinos que gustan a los que no les gusta el vino", o bien "sólo los vinos de Rioja (entre los españoles) pueden competir en el mundo".
Estos serían tópicos de la vieja escuela que sólo demuestran a los que siguen repitiéndolas una lamentable ignorancia sobre la actual realidad del mundo del vino.
Antes de hablar de vino o de cualquier otra cosa es conveniente documentarse e informarse a través de revistas especializadas solventes, en las guías de vinos, de algún atlas o enciclopedia sobre la materia o de un puñado de interesantes páginas web o blogs, dedicados al mundo del vino.
Para hablar de vino o catarlo no tenemos que pecar de pedante ante nadie y se tiene que conocer un poco las características del vino que nos gusta, su temperatura adecuada de consumo, su procedencia sin intentar darnos de expertos estando dispuestos aprender de los demás. Una forma ideal es quedarse de lo que se esta hablando y luego buscar la información, para ver si es verídico.
Porque el vino no es sólo beberlo es una cultura que gira en su entorno y la cual es muy interesante descubrir.