Cuando todo va bien es fácil regocijarse en los éxitos tenidos y vanagloriarse de lo bien que va la economía, hasta que las rentas se acaban terminando por derrumbar todo como si de una casa de naipes se tratase.
El barco de la economía se hunde pero todavía no lo sabemos, hace falta que poco a poco se vean pasar de mal a peor, de peor a muy mal, de muy mal a la ruina del estado porque la gallina de los huevos de oro acaba prácticamente de morirse, ¿qué pasara después?.
Se veía la incompetencia de un ministro de economía que ya la historia reciente de nuestro país demostró que no era capaz de llevar la economía, lo único que me cabe destacar es que para llevar un puesto de esa relevancia hay que tener sentido común, este ministro ha demostrado cuando presento los primeros presupuestos que era un incompetente, no siendo objetivo ni viendo el problema tan serio de que estamos heridos de muerte sino reaccionamos enseguida por que ya es tarde.