El valor de la vivienda desciende pero no cae significativamente porque el país continúa con la inversión inmobiliaria en otras naciones como Marruecos, situado estratégicamente se está convirtiendo en un lugar residencial, ideal para albergar turistas e inversores que busquen el buen clima para veranear.
La demanda todavía es escasa pero va en auge gracias a los precios que son más competitivos que en los estados comunitarios con servicios que combinan la arquitectura y costumbres árabes, ofrece un entorno ideal en un oasis de comodidades, humilde pero con grandes expectativas de futuro.
Convierte la nación en un lugar seguro y próspero con oportunidades de porvenir para los ciudadanos del país pero también para las economías extranjeras, ocasión de negocio que abrirá nuevas opciones de comercio en el mercado internacional, impulsado por el Banco Mundial y España.