No desear de la vida más de lo que te ofrece en cada momento es siempre positivo porque se recibe más de lo que se espera, convirtiéndose en motivo de alegría al recibir por encima de las propias expectativas, al contrario anhelar más de lo que el destino dispone es causa de disgusto.
Es difícil ser positivos cuando las cosas van mal sin embargo a veces es la única respuesta para que empiecen a ir bien, impulso de optimismo que empezará a cambiar todo lo negativo por cosas buenas, antes ocultas por el pesimismo.
Saber poner punto final a ciertas etapas de la vida ayuda a descubrir nuevas formas de avanzar sin dejarse influenciar por las reacciones externas, socorridos por una postura optimista que radie paz interna, produce un cambio positivo que influye el entorno.