Siempre se anda con prisa sin detenerse a mirar los pequeños detalles que hacen que la vida tenga sentido y las cosas adquieran la dimensión que merecen, calma que da la oportunidad de asimilar todo aquello que rodea el pequeño universo que configura la existencia humana, descrita por el arte en toda su magnificencia para el deleite de aquellos que no viven con plenitud.
Cuesta ver la belleza desde la mirada de la arrogancia de aquellos que observan todo lo que les rodea con prepotencia ofuscados por una sociedad que los desprecia convirtiéndolos en rehenes de sus propósitos, guiados por la costumbre hacen lo que ven por imitación desviándose de las cuestiones y actitudes que llenan su vida, obvio para unos e inalcanzable para otros.
Intensidad que convierte las emociones en una montaña rusa de sensaciones que llenan y arrebatan al mismo tiempo en un cúmulo de percepciones que hacen la vida muy interesante, aunque a veces ocasione dolor pero también causara felicidad que será mucho más intensa y duradera, obligando a llenar de vivencias la propia existencia.