El gobierno actual habla con coherencia y presenta la realidad que por todos es conocida de un panorama incierto pero con un mensaje de futuro esperanzador para una economía sólida pero seriamente dañada, anuncia medidas durísimas con una subida importante de impuestos y se presenta ante la sociedad como la salvación del país con el apoyo de la Unión Europea, emitiendo escuetas declaraciones que sirvan como mensaje de tranquilidad a los mercados.
Nadie de la clase alta quiere hacer sacrificios al contrario quieren mantener su nivel adquisitivo sin pagar demasiados impuestos porque sino se llevan el capital al extranjero, medida que dañaría seriamente la economía y dejaría en un grave aprieto al actual gobierno, el cual intenta solucionar el problema con el esfuerzo de las clases medias.
La panacea de la crisis pasa por un modelo social centrado en el valor humano como eje del crecimiento económico, no la actual situación financiera que depende su funcionamiento del capitalismo, mentalidad arcaica que mantiene un sistema insostenible que agota y reparte los recursos de forma desigual.