Formatos pequeños de gran calidad rompen los tópicos en un camino arduo hacia la reivindicación cultural que expresa los contenidos utilizando los medios a disposición en una inversión de creatividad que apuesta por el arte, austero y sin grandes lujos que impulsa uno de los momentos históricos de nuestra cultura motivada por los jóvenes, marginados por una sociedad que les mira por encima del hombro.
El impulso es modesto y los avances es la sociedad quien los tiene que juzgar, propiciando que nazca un modelo juvenil de expresión artística que esta madurando en el seno de la población a través de las nuevas tecnologías, creando una microcultura que fracciona el arte en formatos reducidos adaptándose a los tiempos difíciles que corren.