Al final con la permisividad del gobierno Bildu se instaura en las instituciones vascas favorecido por el desencanto generalizado de la población con los principales partidos del país, una situación que están aprovechando para tiranizar los ayuntamientos donde gobiernan, con gestos antidemocráticos.
Los desafíos se suceden con actos terroristas que se perpetúan desde la legalidad y la impasibilidad institucional acrecienta la sensación de malestar que están sufriendo los políticos en el País Vasco, recortando libertades en un hecho sin precedentes en la historia democrática de España, el totalitarismo tambalea los cimientos constitucionales.
Ahora más que nunca los ideales radicales de ETA están presentes, envalentonados por la crisis política que sufre el país se atrincheran en el cargo, acometiendo reformas sin sentido que lo único que hacen es dañar la imagen decadente de la instituciones y agredir al pueblo.