Desde el nacimiento de la computación en nube las ofertas de espacio gratuito han aumentado, propiciando el uso generalizado de un servicio que gestiona la información que almacenan los usuarios, pudiendo acceder en cualquier momento y desde cualquier sitio a través de la red.
El soporte de almacenamiento del espacio virtual es físico, esto supone que se utilizan servidores para almacenar la información de forma permanente, empleado por los soportes de datos y el sofware que gestiona las páginas web.
La proliferación de aplicaciones y gestores de recursos de Internet en muchos casos son gratuitos, facilitando a los internautas la posibilidad de guardar de forma indiscriminada: archivos, fotos, videos...; utilizando el espacio prestado sin control. Y sin saber que es finito, a mayor número de usuarios menor espacio disponible y más caro, el uso responsable de los recursos podrá sustentar más personas permitiendo alargar la gratuidad de los servicios.