La evolución de la vida en la Tierra es un producto de acontecimientos del azar, mutaciones casuales y de etapas evolutivas en especies aisladas; las pequeñas y primeras diferencias en la evolución de la vida más tarde ejercen una enorme influencia en la misma evolución.
La experiencia de la exploración espacial no nos proporciona una única filosofía, cada grupo tiende a ver sus propios puntos de vista filosóficos hechos realidad y no siempre mediante una auténtica lógica.
La leyenda, tomada de la más antigua mitología sumeria, es importante, porque los sumerios son los antecedentes directos de nuestra propia civilización. Se supone que un ser superior enseñó a los sumerios: matemáticas, astronomía, agricultura, organización política y social y lenguaje escrito, todas las artes necesarias a la transición de una sociedad cazadora a la primera civilización.
La mitología y la imaginación nos lleva a pensar en seres superiores o en mundos ilusorios, que despierten nuestro aletargo y nos cuenten secretos reveladores, pero lo único cierto e irrefutable es que por el momento nosotros somos la posible civilización superior y colonizadora de otros planetas.