Todas las personas que son reclutadas por sectas, están solos o tienen alguna circunstancia personal que las hacen vulnerables. Atacan a sus familias con el objeto de aislar al individuo de su núcleo familiar, de esta forma la persona es más influenciable para la reforma del pensamiento, por los líderes del grupo.
La clave para lograr la reforma del pensamiento es mantener a los sujetos inconscientes de que se los manipula y controla, en especial no permitirles percatarse de que se les hace avanzar por un sendero de cambio que los lleva a servir intereses que los perjudican.
Mediante la manipulación de factores psicológicos y sociales, cambian la actitud de la gente y altera radicalmente su pensamiento y conducta.
Los programas están diseñados para desestabilizar el sentido de sí mismo que posee el individuo porque socavan su conciencia básica, su conciencia de realidad, sus creencias y su cosmovisión, su control emocional y sus mecanismos de defensa. Ese ataque a la estabilidad central de una persona, o concepto de sí mismo y condiciones, y rara vez incluye confinamiento forzoso o coerción física directa. Es un proceso psicológico sutil y poderoso de desestabilización y dependencia inducida.