Según el Kojiki el kami del Centro del Cielo fue el primero en manifestarse, seguido de los kami del nacimiento y del crecimiento. Sin embargo, podemos decir que la mitología en sí comienza en realidad con la aparición de la pareja primordial, IANAGI-NO-MIKITO e IZANAMI-NO-MIKITO. Estos dioses, que provenían de la Alta Planicie Celestial, crearon las Ocho Islas Majestuosas, es decir, el archipiélago japonés, junto con todas las cosas, incluidas numerosas kami. De entre estos kami, tres eran los más venerados: la Diosa del Sol, el kami de la Alta Planicie Celestial; su hermano que estaba a cargo de la tierra; y la Diosa Luna, que era el kami del reino de la oscuridad.
Según el Kojiki, el comportamiento del hermano era tan deleznable y cometía tantos abusos que la Diosa del Sol, disgustaba, se ocultó en una cueva celestial sumiendo a la tierra y a los cielos en la oscuridad y el caos. Los dioses celestiales, preocupados por estos acontecimientos, idearon un entretenimiento que incluía danzas para hacerla salir de la gruta; de este modo la luz regresó al mundo. Debido a sus delitos, el hermano fue confinado al mundo subterráneo, donde recobró el favor de los dioses gracias al buen comportamiento. Uno de sus descendientes, el kami que Izumo se convirtió en un kami benevolente, que reinó sobre las Ocho Islas Majestuosas colmando de bendiciones a su pueblo.