Además de contaminar el móvil con datos al borrarlas por no cumplir con las expectativas del usuario, son el caldo de cultivo perfecto para el robo de datos, ocasionados por virus que se alojan en Google play.
La fiebre de los apps lleva al usuario a buscar aplicaciones para todo a pesar de que en muchas ocasiones no las necesitan, convierten el móvil en un aparato que monitoriza las vidas de las personas, creando individuos dependientes de una tecnología que por norma general no comprenden y necesitan.