Translate

martes, 11 de febrero de 2014

La mentira, hábito creado costumbre


El hábito de mentir se adquiere en la niñez con el fin de inventar excusas que exculpen las malas acciones ante los padres o simplemente para alardear frente a los amigos, en ambos casos la intención es la misma, alterar la realidad ante los ojos de los demás.

Los malos hábitos se vuelven costumbre con el tiempo y pasan de ser la excepción de la regla a convertirse en algo habitual, mentiras que termina por creerse el artífice a pesar de saber que las personas del entorno saben la verdad, diciéndoselo repetidamente al autor que ratifica la veracidad los hechos.

Con el tiempo la credibilidad de la persona es cuestionada pero eso no impide seguir alterando la realidad a conveniencia, convirtiéndose en un trolero carente de reputación que dirá lo necesario para conseguir sus objetivos, aunque para eso tenga que engañar.