Con el despido los empleados tienen dos grandes problemas que afrontar para volver a encontrar empleo, la edad y especialización en el sector que desarrollan, limitaciones que dificultan la adecuación a otras áreas. La solución pasa por reinventarse con el fin de adecuarse a las nuevas circunstancias.
Circunstancias nada propicias a la escasa oferta laboral, discriminatoria por la edad y preparación, quedando fuera de rango los menores de treinta y mayores de cuarenta.
Criterios que obligan a migrar a otros países a los más jóvenes y a subsistir con prestaciones a los de media edad, desahuciados tendrán en los mejores de los casos empleos precarios de corta duración que tendrán que combinar con ayudas hasta la edad de jubilación para no convertirse en indigentes, empobrecimiento que imposibilita el pago de las hipotecas y acceso a los medios básicos de protección social.