La nieve altera el transcurso cotidiano de la ciudadanía en un día desapacible marcado por las intermitentes neviscas que dificultan la circulación de los vehículos y sorprenden a los transeúntes que caminan con dificultad por las heladas calles, cubiertas por un blanco manto de opacas nubes que limitan la luz solar, propicia las gélidas temperaturas.
Los colores son atenuados por el blanco que se convierte en la tonalidad predominante en una mañana desplaciente que desazona las ordinarias tareas, ineludibles quehaceres contrariados por las inclemencias meteorológicas alteran el buen funcionamiento de los servicios públicos, perturbando la normalidad.
Conducta que hace sentirse a gusto con los hábitos al carecer de perturbaciones que obliguen a la alteración de las frecuentes acciones, fastidia cambiar la rutina, acostumbrados hacer las cosas por comodidad sin tener que alterar la común actuación. El tiempo obliga a variar los actos y privarse de algunos medios de transporte, necesarios en la sociedad del desarrollo, desentrenada por el desajuste climatológico a causa del cambio climático que hace inusual las precipitaciones.