Translate

viernes, 15 de marzo de 2013

La incredulidad de una sociedad vilipendiada

Suspende tu incredulidad
Los individuos son movidos por la condición racional pero también por la animal, influidos por el estado de ánimo que controla las emociones convierte a la persona en un compendio de contrariedades que hacen que este en continua lucha con su fuero interno para encontrar el equilibrio, sin dejarse llevar por las pasiones.

Tendemos a idealizar o demonizar a las grandes personalidades sobre todo cuando se habla de la iglesia, diferencia de opiniones que pone de manifiesto la gran diversidad de sentimientos que expresa el ser humano cuando se habla de religión, empequeñecido por la mundanidad de sus actos se escuda en la opinión generalizada. 

El clérigo por el contrario actúa protegido por el silencio eclesial y aboga a la compresión institucional mientras oculta la verdad para evitar que transcienda, amparándose en la indulgencia ciudadana pide perdón y disculpa sus actos con la absolución divina, arrepintiéndose después de cada acto pero sin enmendar sus acciones.

A pesar de los fallos las personas necesitan creer en algo divino y seguir una doctrina que desvié la atención de los problemas cotidianos, aferrándose a la espiritualidad para entender el propósito de la muerte, fase de la vida que une a creyentes y agnósticos en una sociedad más incrédula vilipendiada por las diferencias económicas y el abuso institucional.