Existen hombres que se convierten en leyenda no por los hechos meritorios acaecidos en sus vidas sino por la grandeza de la persona, empujadas por pensamientos revolucionarios y convencidas por la seguridad en sus ideas, sobresalen por encima de la media convencidas del cometido que tienen que desarrollar.
Regidos por grandes principios morales son inquebrantables por las opiniones externas e inflexibles con las decisiones que adoptan a pesar de las presiones, objetivo claro que en el caso de John Edgar Hoover era la seguridad nacional, lucha en contra del comunismo que tenía como finalidad la seguridad ciudadana en los Estados Unidos.
El personaje tiene un gran carácter y fuerza que Leonardo DiCaprio interpretó de forma magistral a pesar de las complicaciones de meterse en el papel de una persona tan controvertida por el cargo que desempeñó, complicada y enigmática vivió y murió rodeada de secretismo, convirtiéndose en el custodio de los secretos más sórdidos de su país.