Pequeños cambios sirven como indicadores para empezar a darse cuenta de que algo empieza alterar la percepción del entorno, aunque este en apariencia sigue igual, no lo apreciamos de la misma forma.
Los días cada vez transcurren con más rapidez pero por otro lado el momento lo disfrutamos con más intensidad, apreciación que nos da la oportunidad de ser más conscientes del presente y esperar menos del futuro, permite ver la vida con perspectiva.