La navidad de este año es diferente al resto no solamente por la situación sino también por el espíritu de estas fechas, distinto al de años anteriores parece ser una época totalmente diferente a la que marca el calendario, acentuado por el ambiente sobrio que se vive en la calle.
La sencillez de los preparativos es el fruto del ingenio agudizado para hacer entrañables las navidades sin perder la esencia que las define, mostrando el aspecto humano de unas fiestas que se habían desvirtuado, reconvirtiéndose en una celebración que sirve de excusa para congregar a la familia.
La celebración deja de ser un acto publico para convertirse en una conmemoración privada donde la gente busca el recogimiento al calor de los seres queridos, llevados por los acontecimientos que se convierten en la excusa perfecta para recobrar la tradición, reafirmando la entidad como pueblo.