Cuando las consumes carecen de sabor, son como piezas de plástico o cera, insípidas con una textura que nada tiene que ver con lo que corresponde.
Como las tienen que traer desde otros lugares por norma general están verdes, conservadas en cámaras frigoríficas para que lleguen a su destino, por ese motivo el consumidor las tiene que dejar madurar en su casa. Lo que pasa es que no maduran, se pudren desde el interior hacia fuera, para poder comerlas sin que eso se produzca se tienen que conservar en el frigorífico.
Las frutas o verduras recuerdan a la película de terror con el título en español “La granja maldita” o en inglés “The Curse” film de 1987 del director David Keith en la cual cae un meteorito que contamina el agua de una granja. Eso hace que las frutas y verduras crezcan grandes y hermosas, atractivas para la vista, aunque incomibles.